A veces los árboles no nos dejan ver el bosque… Después de la larga etapa de crisis económica y de empleo que hemos vivido, cuyas consecuencias seguimos sufriendo, puede que nos cueste anticipar una situación aparentemente opuesta, un panorama de “crisis de talento”. No obstante, hay indicadores que nos muestran que el talento va a ser un bien escaso y que exigirá a las empresas revisar sus estrategias de talento, si pretenden seguir siendo competitivas en los próximos años y décadas.
Estrenamos este blog con este artículo, en el que revisaremos los factores que están cambiando el paradigma laboral y apuntaremos algunas reflexiones sobre cómo las empresas deben prepararse y renovar sus políticas de gestión de personas para convertirse en organizaciones de alto rendimiento.
¿Cuáles son los factores que están cambiando el mundo laboral a pasos agigantados?
Se habla de que todas nuestras organizaciones serán reinventadas completamente en los próximos 25 años y nuestras carreras profesionales también lo harán. A su vez, la seguridad en el trabajo tal y como la hemos conocido en las últimas 3 o 4 décadas ya no volverá. No obstante, no se trata de ser pesimistas ni catastrofistas, el futuro también nos deparará importantes oportunidades, pero sí toca estar preparados para saber aprovecharlas, en lugar de quedarnos anclados en el pasado y pederlas.
Algunos de los factores que están cambiando el mundo laboral y que afectan por consiguiente a los planes estratégicos de las empresas, son los cambios tecnológicos, demográficos y sociales que estamos viviendo. A continuación hablamos de ellos en más detalle:
1) La tecnología
Ha transformado el modo en el que nos comunicamos y ha acelerado la globalización de los mercados. El avance tecnológico en la era internet impulsará aún más de lo ya conocido los cambios sociales y laborales.
Por ejemplo, en el año 2025 más de 5000 millones de personas estarán interconectadas por aparatos móviles y la Nube de internet facilitará el acceso a una cantidad ingente de información y recursos, aumentando con ello la participación social.
Sigue por tanto en pleno desarrollo la llamada economía del conocimiento, que como sabemos convierte al talento en el factor estratégico de la ventaja competitiva empresarial.
2) La demografía y el aumento de la longevidad
Que Europa y España envejecen es un hecho que nadie discute y que podemos constatar analizando diferentes tipos de datos y fuentes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en España en 2010 la población mayor de 65 años era del 17% y en 2050 será del 30,8 %, lo que significará que un tercio de la población habrá abandonado el Mercado Laboral.
2015 es el año en el que los primeros “baby boomers” nacidos en los 50’s cumplirán 65 años y empezarán a jubilarse. Nos encontramos con que el momento coincide con el inicio de la vida laboral de los llamados “nativos digitales”, nacidos en los años 90. En esta década, las cifras de natalidad alcanzaron las cotas más bajas del siglo anterior en nuestro país.
Esto significa que el reemplazo natural de personas que entran por personas que salen del Mercado Laboral no se va a producir, sino que nos enfrentaremos a una brecha en el empleo y a una escasez de talento, más aun si nos referimos a talento de alta cualificación.
¿Cómo tendrán que actuar las empresas para conseguir buenos resultados, que además sean sostenibles y ser así realmente competitivas en estos nuevos tiempos?
Pues si el talento va a ser la ventaja competitiva indiscutible y a su vez va a ser un bien tan escaso, cualquier plan estratégico de empresa pasará por poner el foco en las personas. Parece claro que cada vez más serán las personas con talento quienes elijan la organización o el proyecto profesional en el que trabajar.
Las grandes empresas son las primeras que empiezan a constatar la relación entre talento y éxito empresarial. Así, según la revista Fortune “las 500 empresas más admiradas del mundo consideran que la variable que más correlaciona con el éxito empresarial es precisamente la capacidad de atraer, retener y desarrollar el talento, más que la solidez financiera, la innovación o la calidad de productos y servicios”
El término “éxito empresarial”, necesita ser redefinido. Además de generar sus beneficios económicos, se trata de desarrollar negocios sostenibles que aporten valor a la sociedad. Este cambio pasa por poner en el centro de la estrategia empresarial y como fin en sí mismo a la persona.
El liderazgo visionario que necesitamos tiene que creer en la persona, promover su desarrollo integral y procurar su felicidad, como algo natural. De esta forma, los resultados vendrán por añadidura.
Las metas empresariales deberán ser compartidas por todas las personas de la organización, que de este modo se esforzarán en conseguirlas porque formarán parte inseparable de su propio proyecto personal.
¿Qué cambios en la gestión de personas se hacen más urgentes para que vuestra empresa no sólo sobreviva, sino que crezca y consiga ser líder de mercado en los tiempos que vienen?