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¿Cómo potenciar las habilidades directivas con coaching empresarial?

Los directivos de una empresa deben ser personas muy completas que combinen las llamadas habilidades “hard” (conocimientos técnicos y conocimientos de negocio) con las denominadas habilidades “soft” (refiriéndonos en este caso a  capacidad de liderazgo, comunicación, negociación, etc.). De la existencia y de cómo se desarrollen estas habilidades, dependerá su desempeño y la calidad de los equipos que lideren. Por tanto también  los resultados y el valor que aporten a sus clientes.

Cuantas veces observamos en nuestras organizaciones carencias en los directivos que a menudo no tienen que ver con la falta de conocimiento del negocio ni de sus competencias técnicas, sino más bien con esas habilidades “soft” tan necesarias para conseguir equipos motivados y alineados con los objetivos de la empresa.

En estos casos cabe preguntarse, ¿estas habilidades se aprenden y se entrenan o no hay nada que hacer si los directivos no las poseen de manera innata?

La experiencia nos demuestra que el liderazgo y las habilidades directivas se desarrollan, y que la práctica en el puesto junto con un adecuado programa de entrenamiento es la combinación ideal para forjar líderes o directivos competentes.

 
 

¿Qué son las habilidades directivas?

Las habilidades directivas son aquellos conocimientos, destrezas y capacidades con que deben contar los líderes y gerentes de una organización para conseguir el alto desempeño de ellos mismos, de  sus equipos y del conjunto de la empresa. Estas habilidades se pueden dividir en:

-Habilidades técnicas (“hard skills”): basadas en el conocimiento y la experiencia en determinados procesos y funciones (por ejemplo, conocimiento de un determinado mercado, de una determinada disciplina técnica o de cómo realizar la gestión comercial)

-Habilidades de liderazgo, a veces denominadas en sí mismas “habilidades directivas” (“soft skills”). Son las que conforman el perfil de liderazgo de un directivo, que queda a su vez integrado por las siguientes facetas:

  • Liderazgo de Visión: todo lo relativo al desarrollo de un pensamiento estratégico, de la gestión de la incertidumbre, la capacidad para innovar y para gestionar los cambios.
  • Liderazgo Ejecutivo (Resultados): son las habilidades más operativas, como la capacidad de negociación, la toma de decisiones, la organización, planificación, gestión del tiempo y orientación a resultados.
  • Liderazgo Intrapersonal: un directivo no podrá liderar a otros si primero no se lidera a sí mismo. La inteligencia emocional, la adaptabilidad, el autoconocimiento y el autodesarrollo son características básicas de esta faceta del liderazgo
  • Liderazgo Interpersonal: la capacidad de relación, de comunicación e influencia, la orientación al trabajo en equipo y al desarrollo de los colaboradores, son finalmente destrezas clave para gestionar a las personas y conseguir equipos de alto rendimiento. 

¿Cuál es el programa de entrenamiento ideal para potenciar las habilidades directivas o de liderazgo?

La experiencia y los avances de los últimos años en materia de desarrollo organizacional, demuestran que la fórmula más eficaz es en la mayoría de los casos una adecuada combinación de formación y coaching empresarial.

Determinados modelos y técnicas de negociación, de comunicación o de gestión de equipos por poner un ejemplo, pueden entrenarse en el aula y el propio grupo potenciará el aprendizaje colectivo.

Sin embargo, para ayudar al directivo a profundizar en su autoconocimiento y a identificar tanto sus verdaderas fortalezas como los posibles  frenos que le puedan estar dificultando un óptimo desempeño, el coaching empresarial está revelándose como la herramienta  más indicada.

   Un coach de empresa ayudará al directivo a interiorizar el aprendizaje, a abrirse a nuevas perspectivas  y a moldear al “líder genuino y único” que puede llegar a ser.

¿Qué papel desempeña el coach empresarial?

     Un coach de empresa es un coach que además de conocer la metodología y las técnicas del coaching,  tiene experiencia en el mundo de las empresas, conoce las dinámicas, los problemas y retos más frecuentes a los que se enfrentan los directivos. La familiarización con este contexto le permite ayudar de manera más rápida y eficiente a que sus clientes consigan sus objetivos.

      Un coach de empresa es un facilitador, que ayuda al cliente a fijarse sus objetivos y a desarrollar su liderazgo personal.

El objetivo es promover que los directivos se conozcan y comprendan mejor, aprendiendo a ser dueños de su mente y de sus pensamientos, esta introspección guiada de la mano de un coach puede generar un profundo cambio en la manera de verse y de liderarse a sí mismos, así como de ver y liderar a sus colaboradores, creando culturas organizacionales más humanas, productivas y sostenibles.

Un proceso de coaching empresarial orientado al desplegue de las habilidades directivas, opera a través de cuatro sencillos pasos:

·      Definir objetivos. Primero, se ayuda al directivo a concretar qué metas quiere alcanzar, qué habilidades específicas identifica como sensibles de mejora o potenciación. La formulación a nivel de reto, le predispone en positivo y le da fuerza mental  para afrontar con más facilidad el trabajo personal de desarrollo.

Los objetivos pueden ser de muy diversa índole y variarán de unos directivos a otros, algunos trabajarán para potenciar su visión y pensamiento estratégico, otros para mejorar sus habilidades sociales y de comunicación y en otros casos será la toma de decisiones o la gestión del tiempo el área focal. Hablamos de procesos totalmente personalizados.

Siempre se parte de la autonomía de la persona, de su talento para identificar y alcanzar sus propios objetivos.

·      Descubrir otras perspectivas: Una vez definido el objetivo, viene uno de los puntos más complicados y en donde se define la maestría del coach: el arte de preguntar para cambiar el enfoque ante el problema.

No se trata de que el coach de consejos a su cliente, lo que vale para el coach podría no ser útil para su cliente, sino de que le ayude a ver "la realidad" desde otras perspectivas y a identificar cuales son los frenos que le están dificultando ver otras alternativas y avanzar. Podríamos decir que el coach ayuda al cliente  a "cambiarse de gafas", a cuestionarse sus propias creencias, para que a partir de ahí pueda acceder a una "realidad más amplia".

"El coach no da consejos ni toma decisiones por el cliente, sino que le abre un espacio para que descubra la solución por sí mismo"

·      Esbozar alternativas: Cuando se amplía el punto de vista y retiramos capas de cebolla, nos encontramos soluciones que antes ni tan siquiera habíamos podido reparar.

Es el momento de que el cliente explore nuevas opciones y elija.

"Siempre tenemos la opción de elegir nuestro pensamiento, nuestra actitud y nuestros comportamientos. Estas decisiones son las que crean y determinan la calidad de lo que experimentamos en nuestro interior y posteriormente lo que creamos en nuestro exterior".

Este es otro de los papeles fundamentales del coach, ayudar a la persona a que se haga responsable de su propio cambio, conseguir que adquiera compromiso personal consigo mismo para pasar a la acción y definitivamente cambiar.

·      Pasar a la acción:

El proceso de coaching quedaría incompleto si el cliente no da el último paso y se mueve a la acción.

Salir de nuestra "zona de confort" y  exponernos a las situaciones que nos cuestan, será la manera de entrenar nuevas habilidades y comportamientos que con el tiempo se convertirán en hábitos. Aquí el coach, ayuda al directivo a identificar situaciones concretas de su día a día en las que actuar de manera diferente, aplicando los nuevos aprendizajes.

El binomio reflexión-acción es por tanto la verdadera fórmula mágica del coaching. En esta fase el coach anima y ayuda al cliente a visibilizar los pequeños-grandes progresos que está realizando, para que persevere y consiga sus objetivos finales.

Potenciar las habilidades directivas es invertir en el futuro de la organización. Normalmente no se trata de empezar de cero, todas las organizaciones tienen fortalezas, materializadas en las capacidades de sus directivos, pero también ciertas carencias o áreas con claro recorrido de mejora que si identifican a tiempo y desarrollan mediante programas específicos de formación y coaching empresarial les convertirán en organizaciones mucho más robustas, con capacidad para generar mejores resultados y liderar en el mercado tan competitivo al que se enfrentan hoy en día.

¿Qué pensáis de los programas de formación y coaching para desarrollar y potenciar habilidades directivas?, ¿habéis participado en algún programa de este tipo?, ¿creéis que las empresas son conscientes de la importancia que tiene el desarrollo y consolidación de las habilidades directivas de los miembros de su equipo?.

Mª Fe Benito - Consultora Estratégica de Talento & Coach Ejecutivo

Socia Directora - CRESCENDO